
Hace un mes y medio, desde este modestísimo blog, hicimos referencia al verdadero mamarracho que era el informe Sauvé, el pretendido estudio independiente sobre las víctimas de los abusos en la Iglesia en Francia.
Es que sólo con las noticias publicadas, sin necesidad de acceder al documento en sí mismo, ya era suficiente para darnos cuenta que el “informe” no tenía ningún rigor y que el fin al que apuntaba era desacreditar y humillar a la Iglesia, al punto de que hubo quienes pedían, a gritos, la disolución de la Iglesia Católica porque era una organización criminal.
Recordemos que ni bien recibido el informe, la Iglesia Católica de Francia, sin oponer reparos, ya pedía disculpas y empezaba a hacer cuentas y a determinar de dónde saldrían los fondos para las eventuales víctimas; incluso, la portavoz del episcopado francés, Karine Dalle, fue despedida por los obispos porque apenas atinó a hacer una tímida defensa de la Iglesia al respecto de este informe. Todo un papelón y un perfecto acto de cobardía de los obispos franceses cuya cabeza era, y todavía lo es, el “ambiguo” Michel Aupetit.
Pero ahora Infovaticana nos informa que ha salido un informe o contrainforme de la Academia Católica Francesa que defenestra al ex jesuita Sauvé y a su comisión “independiente” junto con todos sus pretendidos estudios y sus conclusiones, reduciendo los casos a alrededor de 27.000 contra los 330.000 que afirmaba la “comisión Sauvé”. Además, el contraestudio o contrainforme sostiene que Sauvé y sus adláteres carecen de rigor científico, tienen fallas metodológicas, son contradictorios, evidencian graves carencias, hostilidad hacia la Iglesia y prejuicios varios. En síntesis, un esperpento, un timo que se difundió al mundo entero y que provocó un tembladeral en la Iglesia francesa.
La primera consecuencia de este contrainforme es que el Papa, que tenía previsto recibir el nueve de diciembre a la “comisión Sauvé” en pleno, ha suspendido la visita sin nueva fecha.
Si ustedes me preguntan, la verdad es que también dudo de las presuntas 27.000 víctimas porque hay que estudiar una a una, cada denuncia y posible caso, y entonces veremos el número real.
Por supuesto que, cualquiera sea la cifra, ya es algo aberrante.
Pero déjenme terminar con tres reflexiones.
La primera está referida a la calidad de los obispos franceses. No les ha importado el buen nombre y honor de sus sacerdotes. La Academia Católica Francesa actuó por su cuenta ya que no tiene ninguna relación formal con los obispos. Este organismo no actuó por pedido de los purpurados. Es más, los obispos son los que habían pedido el “informe Sauvé”. Así están los sacerdotes en Francia, totalmente desamparados por sus superiores. Y no solo los sacerdotes, el caso de Karin Dalle prueba que su pavor, el de los mitrados, no tiene límite.
La segunda reflexión es que está demostrado que cualquiera, literalmente cualquiera, puede decir cualquier cosa de la Iglesia Católica, en cualquier tema que se le ocurra y encontrará amplia difusión en los medios de comunicación y en los organismos internacionales. Y los obispos, y el Vaticano, muy difícilmente salgan en defensa de la Esposa de Cristo. Y la tercera consecuencia que podemos extraer de este episodio, es que este caso prueba la falsedad y la ruindad con que se realizan estos “estudios”. Este ejemplo debe ser bien aprovechado por los católicos para desmentir y enfrentar la, con seguridad, mayoría de estos bulos que no tiene ninguna relación con la realidad y de la que solo es blanco la Iglesia.
Gracias Antonio por la información. Coincido, como siempre con lo que dice el artículo publicado.
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